¿Qué es la enseñanza desarrolladora en educación primaria?

“La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección, de la que su naturaleza es capaz”.

I. Kant

E L desarrollo de la personalidad del niño en edad escolar, principalmente en primaria, se concibe mediante actividades académicas y de comunicación, que contemplen sus relaciones interpersonales, constituyendo ambos (actividad y comunicación) los agentes mediadores entre el niño y la experiencia cultural que va a asimilar en esta importante etapa de su formación.

Resulta claro suponer entonces que la actividad de aprendizaje, por sus características especiales de organización y de su nivel de exigencia, reúne potencialidades importantes para el logro del desarrollo de la personalidad del alumno.

En la primaria, desde el momento inicial, aparecen los procesos pedagógicos, los desempeños de los estudiantes y las competencias cognitivas que se buscan desarrollar, lo que significa que será necesario propiciar en el aprendizaje y en las demás actividades extraclase, la oportunidad de interrelación entre los escolares para ejecutar tareas y trabajos.

A partir de esto se intercambia y se logra la interacción social, desde la que se van asimilando procedimientos de trabajo y normas de conducta, actuando con sus compañeros y con el profesor, como mediadores de la cultura por asimilar. Sabemos que muchos profesores de primaria no privilegian los vínculos que se forman en las interacciones cotidianas, más por desconocimiento que por apatía.

Cuando el niño avanza en el plano de estas actividades consideradas como sociales, también incorpora y hace suyos conocimientos, normas, destrezas, habilidades y conductas y los aplica posteriormente de forma independiente en las tareas que realiza, lo que demuestra el logro de su desarrollo individual.

Estas consideraciones llevan a un aspecto de gran importancia en el trabajo de los docentes: el conocimiento que deben tener de lo que el niño puede hacer con su ayuda y con la ayuda de otros niños, es decir, con las actividades sociales de interrelación que tienen día a día.

Lo que el niño ya asimiló y puede realizar solo y de forma independiente, constituye un verdadero logro en su desarrollo personal e individual (por ejemplo, un conocimiento conceptual, una habilidad, una norma de comportamiento, una síntesis, una generalización, entre otros).

Al primer nivel de trabajo -con ayuda- se le ha llamado nivel de desarrollo potencial, éste revela las posibilidades del niño para aprender con otros; al otro nivel señalado, es decir cuando puede trabajar por sí solo, se le ha llamado nivel de desarrollo real, que es el desarrollo alcanzado y logrado por el estudiante en lo individual.

A la distancia entre estos dos niveles evolutivos de desarrollo se le denomina “Zona de Desarrollo Próximo” (ZDP, Vigotsky, 1939); distancia que debe tomar en cuenta el profesor y que le permitirá que lo que es potencial en un momento dado se convierta, con su acción pedagógica o la de otros niños, en desarrollo real del alumno.

La Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), es útil porque nos revela que trabajar con las potencialidades significa propiciar condiciones que permitan organizar la actividad de manera que el alumno opere con su comunicación y con su relación escolar con los demás.

De lo que se trata es de que el profesor permita las condiciones para que se realicen actividades en las que, ya sea por parejas, en equipos y de forma grupal, el alumno pueda intercambiar sus criterios con los de sus compañeros (acciones externas) y que esa relación social le sirva de mediadoras para asimilar las exigencias y los procedimientos para el control y el dominio de lo que hay que aprender.

No se trata de formar solamente al niño para que piense, sino y en buena medida para que sienta, que sea capaz de orientar su comportamiento a partir de hacer suyos los valores sociales más relevantes. En esta etapa son tan importantes los contenidos del programa de estudio, como las interacciones que el alumno logra concretar.

Para lograr el planteamiento de una enseñanza desarrolladora, se sugieren algunas estrategias: primero, planear el proceso de aprendizaje, a partir del protagonismo del alumno en los distintos momentos de sus actividades.

Partir del diagnóstico y de la preparación y el desarrollo de los alumnos. Atender las diferencias individuales en el tránsito del nivel logrado hacia el que se aspira lograr.

Organizar y direccionar el proceso de enseñanza aprendizaje, desde posiciones reflexivas del alumno, que estimulen el desarrollo de su pensamiento y su independencia cognoscitiva.

Orientar la motivación hacia la actividad de estudio y mantener su constancia, desarrollando la necesidad de aprender y entrenarse.

Desarrollar formas de actividad y comunicación que permitan favorecer el desarrollo individual, logrando una adecuada interacción de lo individual con lo colectivo en todo proceso de aprendizaje.

Todos los aspectos anteriores, no son sólo teóricos, sino que deberán estar unidos a las exigencias y al desarrollo a lograr en la práctica escolar, por lo que es importante hacer propuestas reales, para el continuo perfeccionamiento de la escuela primaria, como etapa básica e importantísima de la formación escolar.