Con su boca y pincel pinta para incluirse y trascender a través del arte

Mazatlán, Sinaloa, 14 de Junio de 2023.- Trascender a través del arte no es facil para Gabriel. El camino ha sido duro, largo y frustrante, pero el presente es gozoso, esperanzador y gratificante.

Gabriel Cortés Gutiérrez tiene una discapacidad motora. Pese a ello desde niño su familia nunca lo mantuvo encerrado, al contrario lo ayudó a socializar, salía a la calle y jugaba con sus amigos que lo trataban como a cualquier persona.

Diagnosticado desde su nacimiento con ‘artrogriposis’, – grupo de trastornos musculares que provocan rigidez en las articulaciones y desarrollo muscular anormal-, Gabriel pudo superar esa discapacidad con el apoyo de la familia.

A la fecha ha logrado desarrollar su talento y creatividad en el arte pictórico, estudia en la Escuela de Artes Plásticas del Instituto de Cultura de Mazatlán, expone y vende sus obras en galerías de México, Estados Unidos, Europa y Asia y forma parte de la Asociación Nacional de Pintores con la Boca y con el Pie.

De su infancia tiene buenos recuerdos y de su vida adulta también, pues los amigos y la familia nunca han dejado de estar presentes, al grado de que la recomendación de un amigo fue fundamental para que incursionara en el mundo de la pintura y se inscribiera en la Escuela de Artes Plásticas del Centro Municipal de las Artes del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.

Apoyado en su silla de ruedas recorre el centro de Mazatlán y el malecón. Los martes y jueves llega al Centro Municipal de las Artes donde estudia pintura desde hace aproximadamente cinco años, aunque aclara que pinta desde hace como 18 años.

Se inscribió en el CMA por sugerencia de unos amigos, quienes le recomendaron estudiar pintura con el maestro Miguel Flores. En sus inicios no imaginó que sus obras traspasarían las fronteras de México y lograría venderlas en tres continentes.

Entrevistado mientras mueve su cabeza para que el pincel colocado en su boca dé los últimos trazos a su obra, – un caballo brioso que representa la fuerza y el azul acuoso del mar de Mazatlán-, el talentoso artista plástico responde que su pasión por la pintura surgió de ‘una idea descabellada’ y también por consejos de un amigo.

“Él me regaló un paquete de pintura al óleo, una brocha y unos cuantos lienzos y un día agarré uno y me puse (a pintar) y desde ahí me considero pintor”.

“El proceso (ha sido) muy frustrante al grado de…no sé si me nota tengo parálisis facial de un estrés a causa de la pintura pero todo bien”, comenta despreocupado.

Junto a Beatriz Ramírez, su esposa que lo ha acompañado, admirado y apoyado desde hace 14 años, Gabriel afirma que sí se puede vivir de las artes.

“Si la pintura le agrada a la gente, sí se puede vivir del arte. Hasta ahorita mi trabajo ha llegado a Suiza, a Taiwán, en Guadalajara tengo una exposición y en la Ciudad de México”.

Beatriz comenta que Gabriel expuso la pintura de una Virgen de Guadalupe en el Museo de la Basílica de Guadalupe y actualmente participa en una exposición en Toluca, Estado de México; en Guadalajara, en Taiwán y en Los Ángeles, California.

-¿Qué es más bonito, que su obra llegue a Suiza o a la Basílica ante la virgen? Bueno, son tantos lugares donde ha llegado mi pintura que hasta se me olvida (pero) hasta donde pueda llegar es la recompensa.

Gabriel invierte de 15 a 20 minutos para trasladarse de su casa a la escuela. La silla eléctrica ha sido un gran apoyo para no depender de la gente, aunque admite que no todos tienen este recurso para moverse.

“Yo atravesé por ese camino de que no hacía nada y no tenía en qué moverme pero mi familia gracias a Dios ha sabido superarse, aunque cuando yo estaba pequeño no tenía capacidad para tener digamos ese lujo, porque es un lujo tener una silla eléctrica”.

Finalmente Gabriel dimensiona el valor de promover las artes e invita a las personas con capacidades diferentes a asistir al CMA, que no se den por vencidos, que traten de echarle ganas en la medida que ellos puedan, pues el mundo de las bellas artes es gratificante, terapéutico “Es una forma de distraerse y no estar en la casa encerrados”.