Anaya aprieta tuercas para sostenerse

 

 

Ricardo Anaya necesita y busca apoyos.

 

Hábil en la palabra y buen operador político, el presidente del PAN ha iniciado una estrategia para remontar su mal momento presente.

 

De su discurso dan cuenta muchas intervenciones.

 

Sorprendió cuando como presidente de la Cámara de Diputados –cortesía de su traicionado Gustavo Madero– condujo con buen discurso los trabajos y sesiones de ese cuerpo legislativo.

 

Cuando habló en el aniversario de la Constitución, con Enrique Peña presente, y dio cátedra de constitucionalismo.

 

Brilló en el análisis electoral el 5 de junio, a pesar de ignorar los resultados del día: esperaba tres gubernaturas, y ganó siete.

 

Crece con la palabra, pero sus hechos lo tropiezan.