En seis días, el mundo sabrá el nombre del nuevo Presidente de Estados Unidos. En seis días también, la política nacional en México sabrá si la relación caminará como hasta ahora o tendrá que adecuarse al discurso que, en buena medida, le daría el triunfo al candidato republicano Donald Trump. Pero, además, en seis días el Gobierno mexicano comenzará, apenas, a tomar medidas contra el torbellino lo que puede generar un mayor deterioro económico, pues a pesar de las advertencias y la crisis interna que ya se vive, la administración federal no ha tomado medidas serias en términos de austeridad y sigue gastando a manos llenas en organismos, como los grandes sindicatos del país, que le aseguran votos a los gobiernos en turno, en este caso al PRI. De acuerdo con académicos, la crisis económica y social provocada por la clase política muestra que ésta es un enemigo mayor que el mismo Trump.