El peso, víctima de su éxito

El aumento del precio del dólar en los últimos meses se ha explicado fundamentalmente por factores externos, como la devaluación de la moneda de China y las expectativas de menor crecimiento en aquella nación, así como por la caída de los precios internacionales del petróleo y los pronósticos de que el nivel por arriba de los 50 dólares por barril no se verá en el corto plazo.

De acuerdo con los analistas financieros de la casa de bolsa Finamex, el tipo de cambio, en camino a los 20 pesos por dólar, amenaza con generar una pérdida de confianza en la moneda nacional, con lo que aumenta el riesgo inflacionario a todos los bienes y servicios de la economía y no solamente a los expuestos a bienes y servicios importados, como hasta ahora.

Los especialistas destacan que el peso mexicano es de las monedas más líquidas de los mercados emergentes y, por lo mismo, ante el deterioro del balance de riesgos para los mercados emergentes en general, los inversionistas lo utilizan como cobertura, exacerbando su movimiento a la baja.

“Esperaríamos que cuando cambie el escenario internacional, el peso debería ser de las monedas que más rápido se apreciarían”, concluyen los analistas de Finamex.

Ofensiva casi completa. Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional del PRI, informó que ya se tienen definidas once de las doce candidaturas para las gubernaturas en igual número de estados. Falta por decidir el de Quintana Roo, pero de acuerdo con el sonorense, se seguirá la ruta de unidad e inclusión conforme al calendario electoral.

Sucio antecedente. Se marca un pésimo precedente ahora que Ricardo Gallardo Juárez, alcalde de San Luis Potosí, logró convencer a la mayoría del cabildo del ayuntamiento para rescindir la concesión de recolección y disposición final de la basura que tenía la empresa Vigue Red Ambiental en la entidad hasta el 2024. La empresa beneficiaba al municipio al ofrecer un sistema de alta tecnología y moderno.

La municipalización del servicio de limpia en San Luis Potosí significa un retroceso, ya que el gobierno municipal no cuenta ni con la infraestructura ni con la tecnología, además de representar un alto costo económico, pues la adquisición de vehículos recolectores es de 2.7 millones de pesos por unidad más la creación de 300 plazas.