Con el de Anabel Flores Salazar, reportera de El Sol de Orizaba, sacada violentamente de su domicilio por un comando armado la madrugada del lunes para ser torturada y ejecutada, son 17 los periodistas asesinados durante los cinco años del gobierno priista de Javier Duarte en Veracruz, entidad convertida en tumba de ellos y en cementerio clandestino de centenares de desaparecidos, que han sido denunciados con insistencia e ignorados por las autoridades estatales.
De estos últimos, cinco jóvenes fueron detenidos por policías municipales de Tierra Blanca el 11 de enero pasado, entregados a un grupo criminal que los mató y cuyos restos de dos fueron encontrados en el rancho El Limón, en el municipio de Tlalixcoyan, que el Fiscal General de Veracruz, Luis Ángel Bravo, acaba de descubrir que ha sido usado como lugar para asesinar, incinerar y desaparecer a “algunas personas”.