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Entre palaperos, sombrilleros y hoteleros, ¿quien es el dueño de las playas de Mazatlán?, una anarquía por el espacio, visitantes se quejan por playas semi-privadas.
Mazatlán Sinaloa 06 de agosto de 2025.- En México, la ley es clara: las playas son bienes del dominio público de la nación y no pueden ser privadas. Esto significa que, legalmente, las playas no tienen un dueño particular. Son propiedad de todos los mexicanos y el acceso a ellas debe ser libre y gratuito.
Sin embargo, en Mazatlán, como en otros destinos turísticos, se presenta una situación de “anarquía” o “apropiación” del espacio público por parte de diferentes actores, lo que genera conflictos y la percepción de playas semi-privadas.
¿Quiénes son los actores involucrados?
Hoteleros: Aunque los hoteles no son dueños de las playas, sí tienen concesiones de la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT), que es la franja de tierra que colinda con el mar. Estas concesiones les permiten instalar mobiliario como camastros y sombrillas para sus huéspedes, lo que en la práctica puede limitar el espacio disponible para el público en general. En algunos casos, se han reportado intentos de bloquear accesos a la playa, aunque esto es ilegal.
Palaperos y sombrilleros: Estos comerciantes rentan mobiliario y ofrecen servicios en la playa. A menudo, ocupan una gran parte de la franja de arena para sus negocios, lo que también reduce el espacio para quienes no consumen sus servicios. Su presencia genera una competencia por el espacio que, sin una regulación adecuada, puede desembocar en desorden.
Autoridades: La responsabilidad de regular y vigilar el uso de las playas recae en las autoridades federales, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), así como en los gobiernos estatales y municipales. Sin embargo, la falta de supervisión y la aplicación deficiente de la ley contribuyen a la anarquía, permitiendo que se den estas situaciones de apropiación.
En resumen, la ley mexicana garantiza que las playas de Mazatlán son un bien público y de libre acceso. El problema no es de propiedad, sino de la falta de regulación y aplicación de la ley por parte de las autoridades, lo que permite a hoteleros, palaperos y otros particulares acaparar el espacio y generar la percepción de playas privadas, afectando la experiencia de visitantes y locales.
Las playas Son del Pueblo enfatizó en más de una ocasión AMLO.