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De acuerdo al biólogo Luis Rendón, director de Bienestar y Salud del recinto marino, durante los periodos de precipitación, el arrastre de materiales provenientes de calles aledañas y de corrientes pluviales mayores provoca un aumento significativo en el nivel del cuerpo de agua, afectando de manera directa la calidad del mismo.
Esta mezcla de contaminantes genera un deterioro acelerado en las condiciones del ecosistema al reducir los niveles de oxígeno disuelto, elevar en exceso los nutrientes y propiciar la proliferación de floraciones algales.
Estos factores, explicó, alteran el equilibrio natural de la laguna y representan un riesgo para la vida acuática.
El especialista señaló que la especie más afectada por este fenómeno es Mugil curema, comúnmente conocido como lisa blanca, un pez filtrador que se alimenta de materia orgánica en suspensión.
Esta característica alimenticia lo convierte en una de las especies más vulnerables ante altos niveles de contaminación, lo que refuerza la hipótesis de que la presencia de materia orgánica y desechos tóxicos en el agua sería la causa directa de su mortandad.
pero aun no se tiene una declaración oficial de la muerte masiva de estos peces.