Madre, abuela y ahora exalumna de COBAES; concluye Ruth Reyes su bachillerato: “el estudio provee un futuro mejor”.

Culiacán, Sinaloa, 19 de junio de 2024. – Ejemplo para sus hijos y la sociedad, un reflejo de que las metas son alcanzables y que nunca es tarde para ello, es la señora Ruth Reyes Leal, abuela y madre de familia que a sus 56 años ha culminado con excelencia académica sus estudios de preparatoria en el Plantel 27, “Lic. Rodolfo Monjaraz Buelna”, del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa (COBAES) de esta ciudad.

Tres años de arduo esfuerzo combinando su rol de madre de familia, de empleada doméstica y estudiante por las noches, Ruth nos comparte que culminar sus estudios de preparatoria siempre estuvo en su mente y sirvió para una lección de vida.

“Era algo que yo siempre había querido, pero por circunstancias de la vida no lo había hecho. Estaba trabajando cuando dijeron que había la oportunidad de estudiar la preparatoria, que estaba abierta la convocatoria para entrar a estudiar en el turno de la noche que, si tenía alguien yo conocido que quisiera terminar su preparatoria: pues yo, rapidito les dije: yo, y ellos me ayudaron a inscribirme y comencé con las clases”.

Pero, inscribirse en COBAES tenía todavía algo más importante, demostrar en casa que las cosas son posibles, la abuela de dos nietos y madre de dos hijos, demuestra al menor de ellos, que el futuro para la vida está en la preparación académica.

“Mis hijos están orgullosos de mí, la mayor es Licenciada en Gastronomía y yo me metí a estudiar para demostrarle a mi hijo más pequeño que no quiso continuar sus estudios cuando culminó la preparatoria durante la pandemia y ponía muchos pretextos, hasta que le dije que me iba a meter a estudiar yo, para que viera que sí se podía y se lo demostré. Ahora va a retomar sus estudios para cursar la carrera de Ingeniería Industrial”, nos comentó.

La ejemplar mujer, que radica en el fraccionamiento “Nakayama” de Culiacán, dice que “el estudio provee un futuro mejor, todo es que quieran, la actitud es la que vale” y recordó que, durante tres años, ella sacrificaba horas de descanso y fines de semana, para cumplir con sus tareas y poder terminar su bachillerato.