
En momentos cuando los partidos políticos dominantes de las últimas décadas (PRI, PAN y PRD) están al borde de la extinción, y el que los colocó a un paso de la tumba, Morena, muestra síntomas alarmantes de la misma enfermedad, el canibalismo, que los llevó al estado lastimero en que se encuentran, viene la profesora Elba Esther Gordillo y da el paso decisivo para crear el suyo, Redes Sociales Progresistas.
Quienes en febrero de 2019 la dieron por liquidada ahora saben que no mentía al autodefinirse como una guerrera.
El domingo, después de pasar casi un sexenio en la cárcel por delitos no cometidos y, en consecuencia, de imposible comprobación, les reapareció con el cumplimiento de las exigencias mínimas del Instituto Nacional Electoral para dar vida a un partido político, 20 asambleas estatales y la afiliación de más de 300 mil ciudadanos.
¿Quién podría imaginar a Elba Esther dándose a la tarea del organizar un partido en las condiciones políticas del país y después de las circunstancias salpicadas de traición artera vividas en los últimos años?
No hay manera de vencer a esta mujer, se dirán sus malquerientes, no pocos, por cierto. Y tienen razón; sus acciones demuestran que no es superviviente, sino la guerrera capaz de levantarse de la derrota casi absoluta para, de nueva cuenta, ser figura de primerísima línea, como lo fue en las últimas 4 décadas.
Mientras sus enemigos y quienes la traicionaron se refugian en el extranjero, o no se atreven a sacar la cabeza o a abrir la boca para no atraer la atención de la nueva clase gobernante, ella se dio a una tarea, en apariencia, sin futuro y descabellada por la condición de Morena de partido casi único.
Desde luego, realizar 20 asambleas y afiliar a más de 300 mil ciudadanos no garantiza ganar elecciones o conquistar el poder en el futuro inmediato, pero es una aventura a la que pocos podrían atreverse.
Por lo pronto, aún está por verse si lo podrán hacer Felipe Calderón y Margarita Zavala, ex Presidente y candidata presidencial, respectivamente. Es muy probable que lo consigan, si no ¿cómo entender que el PAN los quiera de regreso?
Sobrarán las oportunidades para escribir la larga historia de esta profesora rural a la que, como está demostrado, nada ni nadie puede parar; no del todo, por lo menos.
Por hoy pecarían de mezquindad quienes se nieguen a reconocer el mérito de cumplir en este momento, cuando Andrés Manuel López Obrador y Morena parecen dominarlo todo, las condiciones mínimas exigidas por el INE para la fundación de un partido político que pueda dar respuesta a ciudadanos hastiados de los anteriores partidos y a los que empiezan a desilusionarse con el dominante de hoy.