El presidente de México decidió mantener las concesiones mineras que hay en el país, pero dejó claro que su gobierno no dará más y que el 30 por ciento del territorio nacional que se entregó en los sexenios pasados a esta actividad (que corresponde a alrededor de 50 millones de hectáreas) serán explotaciones limpias.
Según cifras de la Secretaría de Economía, el sector minero-metalúrgico contribuye con el cuatro por ciento del PIB, y la producción de plata ocupa el primer lugar a nivel mundial. Además, México está en los 10 principales productores de 16 diferentes minerales: plata, bismuto, fluorita, celestita, wollastonita, cadmio, molibdeno, plomo, zinc, diatomita, sal, barita, grafito, yeso, oro y cobre. Y es el primer destino en inversión en exploración minera en América Latina y el cuarto en el mundo, de acuerdo con el reporte publicado por SNL Metals & Mining 2015.
Es por esto que Andrés Manuel López Obrador dice que mantendrá los compromisos que se adquirieron con empresas mineras. Sin embargo, sigue preocupando a pobladores que el presidente de México no frene a los dueños que durante décadas han arrasado con los territorios que finalmente quedan inservibles, muertos.
Ante esto, México presentó en la última Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en Nairobi, Kenia, la resolución Gobernanza de los Recursos Mineros que busca imponer estándares para reducir el impacto social y ambiental de este sector. La Secretaría de Relaciones Exteriores detalló en un comunicado que existe la certeza de que incluso en las industrias extractivas más contaminantes se pueden promover transformaciones que mejoren el desempeño ambiental y maximicen el bienestar de las comunidades locales. Reconoció que la minería bien manejada puede contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible al crear empleos, fomentar oportunidades de negocio e impulsar el desarrollo tecnológico. Hasta 2015, este rubro generó 352 mil 666 empleos directos y más de 1.6 millones de empleos indirectos, de acuerdo con el reporte del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Por otra parte, las comunidades siguen en firmes en que esta actividad debe frenarse del todo, más de 50 municipios de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero, Chihuahua y San Luis Potosí se declararon libres de minería con acciones legales, declaró Miguel Mijangos Martínez, vocero de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), porque durante años han sufrido despojo y la violencia impera en las zonas, incluso activistas en contra han perdido la vida, los habitantes que se manifiestan han sido golpeados por grupos enviados por las propias empresas.
La disputa por el agua es otro tema que preocupa ya que para llevar a cabo la extracción de minerales se necesitan miles de litros cúbicos y los habitantes padecen la falta del líquido, esto también provoca el desplazamiento de cientos de personas, como ejemplo está Guerrero, donde aproximadamente 180 comunidades han sido forzadas a dejar su territorio.
Se habla del progreso que la minería trae consigo, sólo que es únicamente para las empresas porque a los pueblos no llega más que agua contaminada con químicos y el polvo que emanan provocan enfermedades pulmonares como la silicosis y neumoconiosis, otras que se manifiestan en la piel, ojos, vías respiratorias y oídos, problemas gastrointestinales, y partos prematuros.