Teatro Angela Peralta

El teatro Ángela peralta de Mazatlán fue inaugurad el 15 de febrero de 1874 con el nombre de Teatro Rubio, Oficialmente fue inaugurado el 6 de febrero en 1881 cuando quedó totalmente terminado por ser este el apellido de su propietario, quien trajo del continente Europeo los planos de la obra. En el diseño y construcción participaron maestros de obra, técnicos y artesanos de la región, quienes adoptaron los modelos de Teatros Románticos decimonónicos, con salas en forma de herradura al estilo italiano, que respondían a las necesidades de reunión y esparcimiento de la población.

A mediados de 1800, Mazatlán contaba con una sala de espectáculos de una categoría muy pobre, se llamo Teatro del Recreo, ubicado precisamente en la calle del Recreo, hoy Constitución entre las Calles Alquiles Serdan y Benito Juárez.

En agosto de 1869, el empresario Manuel Rubio, presentó una solicitud al Ayuntamiento de Mazatlán para construir un teatro en la ciudad, La construcción se inició ese mismo año bajo la dirección del Ingeniero de la Ciudad, Librado Tapia. En apoyo a la obra, el Ayuntamiento de Mazatlán, acordó condonarle a Rubio el pago de impuestos municipales durante veinte años, contados a partir de la conclusión de la construcción.

Manuel Rubio murió en un naufragio, cuando se dirigía a París con la intención de traer desde Europa decorados para el teatro. No alcanzó a ver terminada su obra, pero su viuda, Doña Vicenta Unzueta, continuó la construcción hasta su inauguración. En los poco más de cinco años que llevó su edificación, la inversión, que originalmente se había calculado en $30,000.00 (treinta mil pesos), se duplicó en alrededor de $70,000 (setenta mil pesos).

El 15 de febrero de 1874, aún cuando no se habían colocado todos los barandales de los balcones, el teatro se inauguró con la presentación de “La Campana de Almudaina” y “La Casa de Campo”, a cargo de la Compañía Española de Mariano Luque.

Inmediatamente, la viuda de Rubio, quien se hizo cargo del teatro, solicitó al gobierno municipal el cumplimiento del decreto de exención de impuestos. El Ayuntamiento se negó argumentando que el teatro no estaba terminado en su totalidad y que la vivienda anexa había dejado de ser casa habitación de la familia Rubio, para convertirse en el Hotel Iturbide.

A través de un largo litigio, Doña Vicenta Unzueta fue obligada a vender el inmueble tres años después de su apertura. La finca del teatro y la del Hotel Iturbide fueron adquiridas por Juan Bautista Hernández, socio de la firma española Hernández Mendía y Asociados, con intereses en el puerto.

Ante los requerimientos del cabildo para el pago de impuestos, los nuevos dueños aludieron de inmediato al acuerdo de exención de 1869, y obtuvieron una rebaja favorable en el monto de las contribuciones, en lugar de los $43,000.00 (cuarenta y tres mil pesos) exigidos por las autoridades, pagaron sólo $10,000.00 (diez mil).

Entre 1879 y 1881 se realizaron importantes obras para concluir los detalles faltantes en el edificio y convertirlo en un lujoso teatro. La remodelación de “ventanas, puertas y balcones, además de otras reparaciones fundamentales” estuvieron a cargo de Santiago León Astengo. De los telones escenográficos y otras decoraciones se hizo cargo el pintor Juan Gómez.

Con 1366 localidades y los mejores adelantos de la época, el teatro se inauguró, por segunda ocasión, el 6 de febrero de 1881, oportunidad en la que se presentó un concierto de las alumnas de canto del Maestro Manuel Cataño.