Barcelona. En sus primeras palabras públicas después de que el gobierno español, del derechista Mariano Rajoy, decretó la destitución del gobierno catalán al completo, el presidente catalán cesado, Carles Puigdemont, se negó a acatar la decisión emitida desde Madrid e hizo un llamado a sus seguidores para mantener una “resistencia pacífica”. Su objetivo, según él, es defender los votos del pasado 1 de octubre y las instituciones catalanas.