El punto neurálgico de la situación por la que atraviesa Sinaloa, es la crisis en materia de seguridad, es inconcebible la ola de asesinatos impunes que sexenio tras sexenio ha prevalecido, bajo el pretexto de ser ajustes de cuentas del crimen organizado, empero, no dejan de ser homicidios tipificados en nuestras legislaciones de la materia, aunado a ello el incremento de los robos en sus diversas modalidades se encuentran al orden del día, la sociedad se encuentra hasta la madre de tanta simulación en materia de seguridad, la desconfianza hacia quienes se encargan de poner orden, sigue creciendo, que espera el gobierno, que los ciudadanos apliquen la ley del Talión.
En materia financiera, nos encontramos estancados, a pesar de tanta publicidad gubernamental de generación de empleos, la percepción ciudadana es diferente, el empleo informal sigue creciendo en forma alarmante, los índices de pobreza en nuestro estado han crecido en forma desproporcional, por todos fue conocido el caso de la menor que falleció por desnutrición, como este caso cuantos más tendremos en nuestro estado, aunado a ello los desplazados de la zona serrana y lo más lamentable el desespero de los tarahumaras y otras etnias de nuestro estado, olvidadas por los gobiernos.
La salud, un rubro sumamente preocupante, el desmantelamiento de dicho sector a fin de privatizarlo ha empezado, hoy podemos observar que en la mayoría de los hospitales del sector público, los servicios fundamentales son subrogados a empresas particulares, problemas en áreas tan delicadas como el hospital pediátrico, hospital de la mujer, quienes tienen que acudir a realizarse diálisis por problemas renales, en fin el sector salud es un caos.