Es crisis de gobernabilidad, dicen politólogos; el desprestigio de Peña arrastra al país, afirman

“Los mexicanos necesitan urgentemente un liderazgo que ponga la mirada en los temas relevantes, que con serenidad los afronte sin miedo, con cambios de fondo, que genere consensos sociales en todos los sectores. Que verdaderamente coloque a México como prioridad”, dijo ayer la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en un comunicado.

Un mensaje duro, que una traducción todavía más dura: Coparmex, uno de los sindicatos patronales más poderosos de México, decidió no firmar el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, una versión reeditada de los muchos pactos que han lanzado los presidentes mexicanos. Reveló que le dieron el documento dos horas antes de firmarlo. Dijo que era apresurado y poco responsable.

Y en una señal del desfase que se vive dentro del gobierno, en el evento realizado en Los Pinos para la firma del Acuerdo, desairado por Coparmex, Alfonso Navarrete Prida, Secretario del Trabajo y un priista del Estado de México como el mismo Presidente, llamó a Peña “estadista”. Y afuera, en las calles, la gente continúa las movilizaciones en contra de los aumentos a los combustibles

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