Núñez Jiménez dejó a Tabasco con las arcas vacías

VILLAHERMOSA, TAB. (proceso.com.mx).- En diciembre de 2012, en su toma de protesta y primer discurso como gobernador, Arturo Núñez Jiménez, acusó a su antecesor priista, Andrés Granier Melo, de haber “saqueado” Tabasco por “negligencia y corrupción”.

Y advirtió: “A quienes le robaron a Tabasco no les espera el disfrute de riquezas mal habidas. Les espera la cárcel”.

Seis años después, el exmandatario perredista deja el estado con las arcas vacías y hundido en grave crisis financiera, mientras Granier Melo está a punto de irse a su casa tras su detención y prisión en 2013.

Cuando Arturo Núñez asumió la gubernatura, Granier no estuvo presente. En la toma de protesta del gobernador morenista, Adán Augusto López Hernández, el pasado 31 de diciembre, con asistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, Núñez no acudió.

Un día antes, el domingo 30, “inauguró” en ésta capital el  inconcluso mercado público José María Pino Suárez y esa noche viajó a la Ciudad de México con su esposa, Martha Lilia López Aguilera, conocida como la “vicegobernadora” de Tabasco por el poder que ejerció.

Núñez dejó el gobierno de Tabasco en medio de un desastre financiero, de salud y educativo, con marchas y bloqueos de calles y carreteras de miles de empleados del gobierno, maestros, jubilados y pensionados, médicos y enfermeras por falta de pagos y prestaciones de fin de año.

Días después, apareció con su familia en San Diego, California, Estados Unidos, de acuerdo a fotografías que circularon en las redes sociales.