Adiós, Agustín Carstens

Agustín Carstens, gobernador de Banxico. Foto: Octavio Gómez

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Sería imposible no decir adiós a Agustín Carstens ahora que ya se va para no volver, al menos en lo que resta del sexenio y de todo el próximo. Quien fuera secretario de Hacienda se hizo célebre cuando pronosticó un “catarrito” en los inicios de la crisis de 2008-2009.

México fue entonces uno de los países que sufrió más la crisis mundial. Recesión, inflación, devaluación, “fuga” de capitales, recortes al gasto social y a la inversión, fueron algunos de los saldos del “catarrito” de Agustín Carstens.

Como reconocimiento a tan inesperado pronóstico económico y a tan inexplicable manejo de la crisis, Carstens se convirtió pronto en director (llamado gobernador) del Banco de México. Como se recordará, él realizó una campaña electoral por medio mundo (literalmente) para convertirse en director-gerente del Fondo Monetario Internacional, sin la menor posibilidad porque ya se sabe que ese cargo lo designa Europa: fue un gasto inútil a cargo del Banco.

El próximo director del Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea (no es FMI, Banco Mundial, ni nada que se les parezca), se aleja de México en un momento en que la inflación va en aumento, el ritmo de crecimiento económico está volviendo a mostrar una tendencia recesiva y los capitales parasitarios se muestran nerviosos, todo lo cual genera de nuevo la llamada volatilidad como expresión de incertidumbre.