Ciudad de México.- La creciente violencia en México, la falta de oportunidades de desarrollo y la pobreza, obligan a cientos de mexicanos a cruzar la frontera con Estados Unidos de forma ilegal, para intentar buscar oportunidades que les permitan tener una vida digna para ellos y sus familias.
Una situación que México y Estados Unidos deben resolver, es la situación de los niños migrantes. Ya que muchos de nuestros connacionales cruzan con sus hijos, o incluso son los mismos menores de edad quienes confían en los polleros para que los crucen, creciendo con un origen mexicano, pero con una cultura totalmente estadounidense.
En otro de los casos, los migrantes mexicanos, se establecen de forma irregular en Estados Unidos, y forman familias, en las que los hijos son ciudadanos estadounidenses, pero los padres no, debido a que no inician trámites para regularizar su situación por miedo a una deportación que incluye una sanción que les impide ingresar al país por 20 años.
Por ejemplo el caso de la migrante y activista mexicana Ana Laura, una mexicana deportada que lleva mes y medio sin ver a sus dos hijos, quienes se encuentran en Chicago.
Ella fue deportada a México y busca desde entonces un perdón migratorio que le permita volver a Estados Unidos. Deseaba que Hillary Clinton ganara la presidencia de ese país y con ello se abriera una oportunidad de volver con los suyos ante una posible reforma migratoria.