Todo acabó siendo una estrategia para presionar al gobierno federal y al Instituto Federal de Telecomunicaciones

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Si usted es una de las 12 millones de personas que tienen contratada una línea telefónica con Telmex, podrá notar que hoy su teléfono sigue funcionando y que el sindicato de la telefónica no se fue a huelga como hace unos días había reiterado.

Todo acabó siendo una estrategia para presionar al gobierno federal y al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para que a Telmex no le fueran impuestas nuevas medidas regulatorias. La amenaza de huelga surge, en forma, luego de que el IFT definiera que como parte de las medidas de preponderancia tendría que haber una “separación funcional” de la telefónica, acorde a lo que ha pasado en otras partes del mundo. Ante esto, el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) anunció la huelga para hoy.

Sin embargo, nunca hubo notificación formal de huelga a ninguna de las dependencias que tendrían relación con el asunto: las Secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT), del Trabajo (STPS) y el IFT. De hecho, el propio sindicato ni siquiera llegó a la implementación de su propio Manual de Procedimientos para el estallamiento de la huelga. Tan nadie tomó el asunto como serio que en la SCT ni siquiera iniciaron una planeación de medidas para llevar a cabo la requisa de Telmex a efecto de mantener la continuidad del servicio telefónico, según mandata el artículo 117 de la Ley Federal de Telecomunicaciones. El sindicato, ayer por la tarde avisó que “posponía” su huelga al 12 de mayo.